RICARDO DÍAZ.MANRESA

Las encerronas de los encerrones

lunes, 18 de marzo de 2024 · 11:42

Hace unos días Román mató en Valencia, en Fallas, una corrida como único espada. Pues bien las corridas en solitario ante seis toros enloquecen a los microfoneros de radio y televisión y a los escribidores en las redes o en papel que repiten epileptoides: encerrona, encerrona, encerrona, encerrona y encerrona. Pues no.

Encerrona, y así lo hemos entendido siempre, es una jugarreta inesperada sorprendiendo a alguien que normalmente la recibe mal, con desagrado.

En las corridas de único espada, el matador va voluntario y contento e incluso se las ingenia para que lo anuncien así o porque quiere hacer una gesta o porque le conviene para enderezar su carrera. O por cualquier otra razón.

Pero es que además, la Real Española Academia de la Lengua define así la encerrona:

1/ Situación preparada de antemano en la que se coloca a alguien para obligarlo a que haga hago en contra de su voluntad.

2/ Trampa, emboscada, engaño

3/ Retiro o encierro voluntario de una o más personas.

E incluso, y refiriéndose a la tauromaquia ”lidia de toros en privado”.

¿Tiene esto algo que ver con las corridas de único espada o matador solitario ante 6?

Pues nada: siguen y siguen. Y se les dice que no y continúan. Y se les pide que no metan la pata y que si quieres arroz Catalina. Y que no pisen el diccionario y… nada que hacer.

A lo suyo y sin pensar. Y no rectifican porque les gusta la palabra o en su ignorancia total no buscan el verdadero significado.

Pero esto, ay, que sería anormal en una sociedad normal es, desgraciadamente, normal en una sociedad anormal cómo ésta, como la actual. Un caso más entre miles.

Son los encerrones de las encerronas. Habrá que nombrarlos con algún palabro para decir quiénes son. Encerrones y encerronas. Las encerronas de los encerrones cabezones.

Pero desgraciadamente también los comunicadores de la situación global se han hartado de decir las antiguas pesetas, cuando no había más que esas, ni antiguas ni modernas. Lo “descubre” un ceporro inculto y… todos a copiar porque pensar duele mucho…

Y no digamos lo repetidísimo por políticos, escritores, comunicadores “modelnos” con lo del sanchismo ¡Sanchismo viene de Sancho, no de Sánchez!. De Sánchez sería sanchesmo, palabro horrible, ¡pues que digan pedrismo! para definir la misma barbaridad.

Pues nada, sanchismo, sanchismo, sanchismo, sanchismo y sanchismo.

Todos lo cantan, lo repiten, lo escriben, lo dicen, lo hablan etc y nadie reflexiona y rectifica. Nadie. Y no hacen ni puñetero caso a los que se lo quieren hacer ver.

Así que señores encerrones de las encerronas: ni el torero va obligado, ni en contra de su voluntad y ni hay trampa, emboscada o engaño.

Ni Román fue así a Valencia, más bien ilusionado y hasta entusiasmado, ni ninguno de los muchísimos que antes lo hicieron voluntariamente.

¿Queréis enteraros ilustres encerrones? Ni encerronas, ni antiguas pesetas, ni sanchismo. ¿Nadie tiene a mano un diccionario? ¿Saben lo que es?

Insisto: otro disparate que es algo normal en esta sociedad anormal.